miércoles, 9 de octubre de 2013

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

La República del Ecuador tiene un importante porcentaje de población indígena estimada entre un 35% y un 40% de la población nacional, agrupada en 14 nacionalidades y 27 pueblos  que, al igual que en otros países de la región, ha sido objeto de una política excluyente, homogenizadora, centralista, unitaria y desconocedora de la realidad indígena.
La Constitución ecuatoriana de 1998, supuso un paso significativo para enfocar la cuestión indígena al consagrar el pluralismo étnico. En su preámbulo, el pueblo de Ecuador proclama su voluntad de consolidar la unidad de la nación ecuatoriana en el reconocimiento de la diversidad de sus regiones, pueblos, etnias y culturas, definiendo al Ecuador como un Estado unitario, democrático, pluricultural y multiétnico.
El 20 de octubre de 2008, el Estado Ecuatoriano inaugura una nueva Constitución dirigida a la construcción de un espacio para el dialogo y la representatividad de los comunidades, pueblos y nacionalidades que fortalezca la unidad nacional en la diversidad en el marco de un Estado plurinacional. Su preámbulo es la mención explícita de que estas comunidades, pueblos y nacionalidades de raíces milenarias con diversas formas de cultura, religiosidad y espiritualidad, buscan una nueva forma de convivencia ciudadana en armonía con la Pacha Mama de la que son parte para alcanzar sumak kawsay, vital para su existencia. El buen vivir es la base del reconocimiento del derecho a la naturaleza en el marco de una relación armónica con ella.

Como un fin propiamente dicho, la frase “Sumak Kausay” posee varios significados: i) busca un equilibrio y relación del ser humano con la naturaleza de forma integral; ii) expresa la cosmovisión de la cultura milenaria indígena, “no es una cosa, es un espacio de vida ii) se debe reconocer como un principio de vida para los indígenas, los afro y descendientes; también, los mestizos,iv) implica lo natural y lo sobre natural; v) es una base moral de las políticas indígenas; vi) traducida por los Kichwuas de Pastaza como “vida limpia y armónica”.  Este principio, constitucionalmente reconocido, orienta en modo de vivir o “buen vivir”, activa todos los derechos relacionados con las libertades, los derechos sociales, la naturaleza y posee la facultad de generar oportunidades, desarrollar las capacidades y emprender acciones, todo ello en armonía con la naturaleza

La Constitución de 2008, al igual que su predecesora, dedica una sección especial a los derechos colectivos de las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, garantizando su aplicación sin discriminación alguna, en condiciones de igualdad y equidad entre mujeres y hombres.

Los pueblos indígenas no serán objeto de racismo y de ninguna forma de discriminación fundada en su origen, identidad étnica o cultural.

La Constitución reconoce y garantiza todo un elenco de derechos comenzando por el mantenimiento, desarrollo y fortalecimiento libre de su identidad, sentido de pertenencia, tradiciones ancestrales y formas de organización social. Los pueblos indígenas tienen derecho a conservar y a desarrollar sus propias formas de convivencia y organización social, a recuperar, proteger, fomentar y preservar su patrimonio cultural e histórico, a impulsar el uso de las vestimentas, los símbolos y los emblemas que los identifiquen, a fortalecer y potenciar el sistema de educación intercultural bilingüe, con criterios de calidad, desde la estimulación temprana hasta el nivel superior, conforme a la diversidad cultural. La dignidad y diversidad de sus culturas, tradiciones, historias y aspiraciones tienen que reflejarse en la educación pública y en los medios de comunicación.


El Sumak Kawsay, principios y valores

Es una concepción andina ancestral de la vida que se ha mantenido vigente en muchas comunidades indígenas hasta la actualidad. Sumak significa lo ideal, lo hermoso, lo bueno, la realización; y kawsay, es la vida, en referencia a una vida digna, en armonía y equilibrio con el universo y el ser humano, en síntesis el sumak kawsay significa la plenitud de la vida.

Valores:

La minka: se refiere al trabajo obligatorio que cada ayllu debe cumplir con los intereses de la comunidad en obras que son de carácter colectivo como por ejemplo un canal de riego, la construcción de un camino, una plaza o alguna edificación de carácter sagrado o en obras que comprometen a varias comunidades. La minga es un mecanismo de trabajo colectivo que fomenta el ahorro, estimula el trabajo y potencializa la producción. Esta tradición en el caso de las comunidades ha permitido superar y enfrentar el olvido y la exclusión del sistema colonial y republicano.
El ayni: se caracteriza por el sentido de solidaridad de la familia y de la comunidad, en labores especificas entre los ayllus o entre los miembros de la comunidad, en labores que no demandaban tiempos prolongados como por ejemplo el tejado de una casa, la siembra de maíz, etc. El ayni se rige por el principio de reciprocidad, es decir por el makipurarina.
El maki purarina: maki mano, purarina, estrechar o darse la mano, es decir ayudarse mutuamente, equivale a la reciprocidad. Se refiere al sentido de solidaridad que los miembros de un ayllu deben expresar con sus familiares, con los vecinos de la comunidad. Esta conducta es observada con mucha atención por los anfitriones de una actividad productiva o de una fiesta, de registrar los tumines que llevan los acompañantes y de esta forma tener presente las obligaciones que adquiere con todos y cada uno de los mismos.

El maki purarina ayuda a que los niveles de comunicación, la interrelación de las personas se mantenga vigente, esta práctica contribuye a conocerse, reconocerse, a que se ayuden mutuamente o en su defecto conozcan quienes están, viven a su alrededor.
yanaparina, la solidaridad como un valor fundamental. La situación histórica de las comunidades ha motivado a que en ciertas circunstancias las comunidades se cohesionen y fortalezcan los lasos de unidad y de apoyo mutuo, este valor ha permitido que los ayllus y los miembros de la comunidad, por lo general se apoyen mutuamente y puedan superar dificultades, lograr objetivos que sin el apoyo de los demás se extenderían y generaría dificultades al propio individuo y a los miembros de la comunidad.

Principios para su edificación.

Se suele decir que las personas crecen igual que las plantas, si los cuidados son adecuados su crecimiento y sus frutos son buenos, si no se los cuida, entonces los frutos tampoco serán buenos.
En las comunidades agrarias existe especial cuidado en preparar la tierra, ser realiza los tumines o los pagos, es decir el permiso a la madre tierra para intervenirla y proceder a preparar la tierra, la preparación de la tierra implica: abonarla, nutrirla de agua y humus, arar la tierra, realizar la siembra, protegerla y realizar la cosecha, cada acción articulada al ciclo lunar, su precisión permitirá garantizar una buena producción.
Las comunidades artesanas y comerciantes combinan estos ciclos con la dinámica y la realidad económica de la población, en el primer caso debían tener un conocimiento adecuado de las plantas de las cuales obtenían los distintos colores, así como de los animales que les abastecía de la materia prima que necesitaban.
En todos los casos están presentes los siguientes valores:
El ama killa, no a la pereza; ama llulla, no a la mentira; ama shua, no al robo, estos valores se sintetizan en la importancia del trabajo como el eje fundamental para garantizar el bienestar individual, familiar y colectivo.
Llankayka kushikuypa shunkumi kan, este pensamiento kichwa significa “que el trabajo es el corazón de la felicidad”, y se sostiene en la trilogía anteriormente mencionada.
Pakta kausay, el equilibrio.
La trilogía anterior regida por el trabajo permite garantizar el equilibrio individual, familiar y colectivo. En la actualidad en las comunidades kichwas a pesar del deterioro de sus matrices culturales y espirituales conservan rezagos de estas prácticas.
El equilibrio no se refiere únicamente a la estabilidad de los miembros de la comunidad, se refiere también al equilibrio emocional que debe lograr cada persona, dicho equilibrio constituye una garantía para que la comunicación sea horizontal y adecuada y no se vea afectada por alteraciones de incomunicación que finalmente pueden afectar el logro de los objetivos.
El equilibrio en su antigua forma procuraba garantizar el bienestar integral del individuo, la familia y la comunidad, su desestabilización era considerado como un riesgo que puede afectar su bienestar, en este sentido por ejemplo, si un miembro de la comunidad afectado por la pereza no participe en una minga que tiene como objetivo abrir un canal para el riego, este se afecta, debido a que la modalidad de trabajo es asignar tramos a los jefes de cada ayllu el cual en un tiempo determinado debe cumplir con dicha responsabilidad.

La afectación si bien es superable, esta sin embargo puede retrasarla y sobretodo generar un malestar el interior de los miembros de la comunidad, un malestar que prevalecerá por algún tiempo y daña el ánimo de la población.

Alli kausay, la armonía;
Como se anota anteriormente el trabajo, el equilibrio permite sostener la armonía del individuo, la familia y la comunidad. Un individuo, una familia, una comunidad que logra estas dimensiones puede contagiar su entorno y lograr que las diferentes actividades sean positivas, influye incluso en el espacio y en lugar por donde fluya dicha energía, de ser afectada en cambio sucede lo contrario y los resultados no siempre serán los esperados, la armonía garantiza fluidez

wiñak kausay, la creatividad.
La presencia de estos valores es el ingrediente que motiva en las personas a recrear y crear sus iniciativas. La creatividad está regida por un mecanismo clave que se denomina el tinkuy. El tinkuy es la búsqueda permanente de nuevas innovaciones, para lo cual los elementos existentes se encuentran en permanente revisión o confrontación, de dicha fricción surge una nueva luz, un nuevo elemento que contribuye a superar lo anterior.
El tinkuy se lo simboliza en los rituales del inti raymi con las danzas guerreras que rememoran la confrontación de las comunidades por mantener la hegemonía de los espacios rituales , la confrontación sin embargo no genera enemistad, concluido el inti raymi las comunidades mantienen los lazos de apoyo y solidaridad.

samak kausay, la serenidad.
Aprender a cultivar la serenidad del horizonte, la serenidad de los lagos al amanecer, es una tarea de perseverancia, disciplina, esta orientado a aprender a crear mecanismos que permiten controlar reacciones compulsivas, acciones sin previa meditación. Los Yachak al realizar las curaciones tienen la costumbre de hacer un corte y mantener el diálogo para recuperar la energía y luego continuar hasta culminar la misma. Un agricultor acostumbra a detenerse en medio de la jornada y respirar con profundidad, mirar su entorno, el trabajo realizado y continuar con sus labores hasta concluirla.
Cultivar la serenidad en las acciones de trabajo, de enseñanza, ayuda a que cada acto se lo desarrolle en paz y respeto hacia el otro que en estos casos es un reflejo de nuestro yo o de lo que pretendemos transmitir.

runakay, el saber ser.
El runakay es la suma de todos los elementos anotados anteriormente. Runa literalmente significa persona, humano, el runakay sintetiza la realización del ser humano, para lograr esta dimensión es indispensable aprender a cumplir paulatinamente, todos y cada uno de los valores descritos anteriormente

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